martes, 18 de marzo de 2014

DIBUJOS EN LA LIBRETA

Ando por el mundo con varias libretas en la mano. Algunas son para trabajar, para pensar en ideas para nuevos proyectos; otras para apuntar ideas para un cuento, para un relato, para una novela. Todas acaban llenas de dibujos. 
Los primeros en sufrir mi manía de dibujar a todas horas fueron los libros del colegio, los cuadernos, las mesas amarillas y verdes de clase, las carpetas de mis compañeros... Pueden dar fe algunos con los que aún mantengo el contacto. Desde entonces hasta ahora no he parado. La mayoría de mis dibujos se perdieron y otros muchos (cientos) andan por carpetas y cajas. 
Dibujo porque me gusta, porque mientras lo hago mi imaginación se desata y me permite ser mucho más creativa, lo cual es fundamental para mi trabajo y también para mi existencia.
Estos son algunos de los últimos dibujos de mis libretas:



 Caperucita Roja es uno de mis cuentos favoritos. La he dibujado muchas veces en diferentes versiones. Aquí está un poco crecidita.


 Para este próximo verano andaba pensando en un proyecto sobre exploradores, en este caso, espaciales:

 Esta es una niña bastante inquieta e impaciente que aún no sé si se llamará Felisa o Julieta sobre la que ando escribiendo una historia. Necesitaba verla y aquí esta

 De niña, en Palencia, mi hermana, mi prima y yo, íbamos a aprender a bailar jotas. Fui la primera en retirarme al darme cuenta de que aquel legado cultural no merecía mi torpe contribución. Mi prima Carolina continuó con éxito mucho más tiempo y recorrió medio mundo bailando y luciendo la banda de las mujeres palentinas.







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